Historia de la agricultura

Publicado: 6 May, 2015 en Agricultura
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Fuente: El postigo de Tías
Por Juan Cruz Sepúlveda

Historia de la agriculturafurgon

El paisaje del municipio de Tías de los años cincuenta era totalmente diferente a la realidad actual. La agricultura de secano ha sido el eje fundamental y la base de desarrollo del municipio de Tías. Esta zona vivió su momento de mayor dedicación al cultivo del tomate a finales de los años sesenta. En 1968 había 510 hectáreas dedicadas a este cultivo. En cuanto al cultivo de la cebolla en el municipio, se obtiene la cifra más alta en 1986, con 350 hectáreas. Por el contrario, en ese mismo año apenas quedan 70 hectáreas dedicadas al tomate.

De la carretera general del sur hasta los límites de la costa, las tierras estaban destinadas a la producción tomatera, mientras que de carretera hacia arriba, hasta los límites de las montañas, los terrenos estaban dedicados al cultivo de la cebolla. Estos cultivos desplazaron al de legumbres, que hasta mediados del siglo XX habían contribuido al abas- tecimiento de las islas capitalinas. El cultivo del tomate, a pesar de realizarse con métodos arcaicos, con la penuria de la sequía, aporta unas producciones respetables (12.000 Kg. por hectárea y año), y lo que es más importante, la economía familiar basada en el autoabastecimiento va a obtener por primera vez, de una forma decente, pequeños resultados de ahorros de pesetas, tanto para el pequeño agricultor propietario como para el medianero.

El proceso del cultivo del tomatero comenzaba con la siembra de los semilleros en el mes de septiembre. Para ello se habilitaban unos canteros que eran regados a diario con aBernabegua guindada del aljibe. La plancebollas1tación del tomatero en el terreno se efectuaba a partir de diciembre. Previamente, al terreno se le aplicaba un año de barbecho y se abonaba con estiércol de los animales de la propia casa. A cada cazoleja se le añadía en el momento de plantar apenas un litro de agua, que era transportada en un primer momento en barricas a lomos de camellos y, más tarde, en camiones. Al tomatero, una vez introducido en el barro, se le cubría el tronco con el resto de arena y se le hacía un corralito con piedras del lugar. Posteriormente tocaba esperar que la lluvia y el buen tiempo hicieran el resto. A medida que la mata iba creciendo, semanalmente se le iba calzando con piedras al suelo, para evitar que el viento dañara los frutos.

Este sistema único nos diferenciaba del resto de Canarias. Los primeros frutos del tomatero aparecen a últimos de febrero o primeros de marzo. Si el año era bueno la actividad en todos los terrenos y caminos de la Costa de Tías resultaba frenética con el trajín de camellos, burros, furgones y camiones con cajas de tomates. En esa zona había tres lugares donde se concentraban murallas de cajillas, conocidas por los comisionistas como ventorrillos. El de más volumen se congregaba en el cruce del camino de Las Quinzuelas con el de Los Topes. Otro importante se encontraba en la confluencia del camino de El Puerto con el de La Tiñosa y también en el camino de Mojón Salado. Otras vías con mucha actividad eran la de camino de Hoya Limpia, el de Las Viñas, El Cercado, El Rompimiento…

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