Rafael Hernández y Antonia Álvarez (11 hijos)

Publicado: 9 May, 2015 en Familias Numerosas

Fuente: El Postigo de Tías
Por Juan Cruz Sepúlveda

Rafael Hernández y Antonia Álvarez (11 hijos)Rafael

Rafael Hernández Montelongo y Antonia Álvarez Saavedra forman una familia de 14 miembros de los que sobrevivieron 11. Su casa estaba en Mácher Bajo, junto a los Hernández y a los Duarte.

En el año 1957, ante las penurias y las escasas posibilidades que ofrecía la isla, toda la familia decide trasladarse a Gran Canaria a la zafra del tomate, atraídos por un captador de braseros, toman el correillo La Palma y se llevan hasta la cabra y el perro.

Se instalan en una cuartería para aparceros en Piletas, en el Barranco de Sardina del Sur. Todos trabajan de jornal, unos en la recolección de algodón por 2,5 pesetas días, de sol a sol, otros por cantidad parecida en los tomateros. La vida en las cuarterías era de semiesclavitud. La alimentación es escasa y poco variada, a base de fideos, gofio, tomates, pasote,… Todo ello hace que la familia, valorada la experiencia negativa, opten por regresar a Lanzarote incluyendo perro y cabra, esta vez en el vapor Viera y Clavijo.

De regreso en la isla la familia se dispersa y trabajan en lo que pueden: unos se quedan en el municipio arrancando trigo y cebada o trabajando en los almacenes de empaquetado de tomates; otros, en cambio, se van para Arrecife en busca de empleo y pernoctan en un almacén comunitario de la calle La Porra y regresan los fines de semana al pueblo. Rafael trabaja de peón albañil con el célebre José Umpiérrez Viña (Pepe el Azote).

En el 1960 los Hernández Álvarez se van a vivir al completo a Arrecife. Domingo, uno de los mayores, comenta con humor: “los vecinos descansaron. Éramos como los cigarrones, arrasá- bamos con toda la fruta del lugar”.

Arrecife, en plena efervescencia de la actividad conservera y con varios edificios de nueva planta en construcción, le va a dar mejores oportunidades a esta familia. Así, el patriarca y Rafael, su hijo mayor, entran en la empresa Alcalá, en la que el padre desempeñó la función de encargado de obras en la construcción del Arrecife Gran Hotel. Por su parte, su hijo mayor llegó a ser un conocido constructor y promotor hotelero de la isla.

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