Tienda de Perico Valiente

Publicado: 8 May, 2015 en Tiendas

Fuente: El Postigo de Tías
Por Juan Cruz Sepúlveda

Tienda de Perico Valientefachada

Tuvo el honor de ser una de las pocas tiendas de aceite y vinagre que sobrevivieron a todos los cambios que transformaron al municipio de Tías y a Lanzarote. Cada rincón de su interior conservaba los restos de un tipo de comercio de un tiempo anterior, funcionando como lugar de aprovisiona- miento básico en la zona y también como punto de encuentro y de actividad social para tomarle el pulso a una vida que discurría más sosegadamente.

La tiendaPerico-1 de Perico Valiente resistió más de cincuenta años abierta al público. Fue a finales de los años cuarenta, después de haber finalizado el servicio a la patria, cuando decidió aprovechar un local de la familia situado en un lugar bastante estratégico dentro del pueblo de Tías, en las Cuatro Esquinas, lugar de paso obligado antes de subir a Las Cuestas y a La Candelaria, paso obligatorio para desplazarse al vecino municipio de San Bartolomé, y un punto de concurrencia para los vecinos del Barranco de Las Truchas y de la zona del Morro del Sargento Pablo. Al principio, el negocio arrancó como cantina, con una barrica de vino, producto de una mala cosecha que había que vender pronto, antes de que se virara, y un balayo de pejines, para lo que se colocó una mesa con sillas y una baraja. La virada arriba era el juego preferido para jugarse unas perrillas y para pasar el rato en aquella sociedad eminentemente agraria. Cuenta Perico que: “en una ocasión a un vecino se le había terminado el dinero y apareció al rato, de su casa, con una cochina debajo del brazo dispuesto a jugársela”.Reproduccion

La aceptación que tuvo el local entre el vecindario motivó que surgiera la tienda, compartiendo espacio con la cantina, y que se mejoraran sus provisiones para las precarias economías domésticas. Así, tras el vino, llegaron otros productos necesarios para subsistir: fideos, macarrones, azúcar, petróleo y el aceite en bidones, aceitunas en garrafones, fósforos, velas, sacos de millo, sacos de papas, cajas con batatas, etc. El medio empleado para transportar las provisiones más cercanas era el camello, mientras que para el traslado de mercancías desde Arrecife a la tienda se utilizaba el transporte de Nemesio Rodríguez, fundamentalmente los sacos de pescado salado. En una ocasión Nemesio dejó varios sacos en el cruce de la Carretera de Yaiza varios días y le fue respetado su contenido.

En los duros años de finales de los cuarenta e inicios de los cincuenta, con los artículos de primera necesidad racionados, la tienda de Perico llegó a contar con cerca de 150 cartillas de racionamiento en dura competencia con el otro comercio situado en el centro del pueblo, propiedad de Domingo Ferrer. El método de “apúntalo en la libreta” funcionaba como el sistema más empleado en unos momentos en que las “perras gordas y chicas” escaseaban y se hacía difícil ver una peseta y, más aún, un duro. Al final de la zafra tomatera o a la vuelta de la mar, se solían saldar las deudas. Aunque de estas, Perico dice que conserva sobadas libretas con apuntes de dudoso cobro de aquella época.

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